viernes, 31 de julio de 2009

Sevilla, 4 de noviembre del 2006

Estoy distante, observo a la gente en su frenético andar, ninguno se detiene a observar, ninguno escucha, sus mentes están demasiado ocupadas en charlas inútiles, todos son consejeros de la moral de otros, nuca de la propia. Demasiado ocupados en hacerles ver a los demás un modelo de ellos mismos que previamente han creado, demasiado ocupados como para conocerse, demasiado ocupados como para encontrarse.
Estoy seguro de que todos son en verdad mucho mas interesantes de lo que intentan hacer creer.

Yo no quiero escuchar tus charlas inútiles, no quiero que me digas lo que tengo que pensar de ti, no quiero que me muestres tu disfraz, eso ya lo veo en tu peinado, en tu manera de vestir, en los gestos que has estudiado y ensayado delante del espejo.
Yo se que no eres tan bueno como dices, ni tan malo como ocultas.

Quiero que me dejes juzgarte por lo que eres, no por lo que quisieras ser.
Quiero que dejes de aferrarte a un ideal y elevado sobre ti mismo me muestres quien eres en realidad, para que nuestros ojos puedan mirarse con claridad y descubrir lo que realmente somos, y no el disfraz que un día nos hicieron ponernos.

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